Carta 1 – Concurso María Jiménez – julio de 2021

Antes de nada quisiera trasladarles mi gratitud por la invitación recibida para formar parte del grupo a evaluar las propuestas presentadas al concurso convocado por Viviendas Municipales de Santa Cruz de Tenerife relativo a un edificio de viviendas protegidas en María Jiménez.

Decirles que accedí a participar, pensando, inicialmente, y antes de la lectura de los documentos que posteriormente recibimos, que podría tratarse de una oportunidad en el contraste de nuevos enfoques a la necesaria adecuación de este tipo de viviendas a las necesidades y perfiles de una sociedad en constante cambio, a las exigencias derivadas de una implantación urbana y territorial que continúa siendo una tarea pendiente e inexcusables en la necesaria cualificación de nuestros entornos insulares, a las demandas derivadas de la desmoralizadora crisis sanitaria, o a las condiciones constructivas que vienen emanando de una normativa cada vez más estricta y que, inevitablemente, nos conducen a costes adicionales que parecen no contemplarse en los módulos de construcción que nos continúan referenciando.

En este sentido, cabe hacer mención a la ilusión renovada que hemos podido compartir en el Colegio en los últimos tiempos. Conferencias como la de Marta Peris, Manuel Delgado, Habitar en Comunidad, … o Uncertainty – con ese halo de esperanza en lo emotivo y creativo como base ineludible de todo nuestro hacer -, nos hacen otear el futuro, entre tanta desazón, con optimismo.

Nada que ver con el sentir y el pozo decantado de conclusiones que resulta de la lectura de las bases que rigen la convocatoria que nos ocupa:

Un pliego que parece institucionalizarse en las Administraciones sin expectativas de apertura de miras hacia una realidad contemporánea indistinta.

Un concurso que se publica el 17 de noviembre de 2020, con treinta y cinco días naturales – naturales; que incluyen los viernes por las tardes, los sábados y los domingos – de plazo para presentar una solución que requiere de un nivel que ha de ir más allá de un anteproyecto, dados los sistemas de valoración ‘objetiva’ que se plantean para la adjudicación.

Unas propuestas para cuya valoración impera lo que denominan ‘criterios evaluables mediante fórmula’, abarcando, mediante esta sistema de puntuación, un setenta y cinco por ciento de la puntuación total.

Estableciendo como factor esencial para la oferta a elegir, el económico, al considerar, nada más y nada menos, que veinticinco puntos para la oferta que proponga la reducción de honorarios más alta. Una vez más, desafortunadamente, primando la rebaja por encima de la calidad de la propuesta desde una aproximación social, territorial, urbana y arquitectónica. Y en absoluto teniendo en cuenta la insignificante repercusión que sobre el coste total de la operación esta reducción de honorarios conlleva.

También resulta difícil de entender que entre esta puntuación evaluable mediante fórmula se establezcan cinco puntos para la solución que determine la menor longitud de fachada por vivienda. Y con ironía me pregunto … ¿ qué es mejor ? … una fachada de diez metros de longitud con una ventana de 1 m de ancho, una ventana de dos metros de ancho con la misma altura en la misma fachada, o una ventana de dos metros de ancho con la misma altura en una fachada de dos metros de longitud …, … un absurdo. La arquitectura es concepto y es un hacer integral, no pudiendo comprender la orientación de este requisito desde un mero enfoque matemático.

Y que se evalúe en quince puntos ‘objetivos’ la mayor experiencia en intervenciones en contratos de análoga naturaleza llevados a cabo durante los últimos diez años, cuando además se establece como requisito previo exigido para la participación, resulta, al menos, descorazonador para una profesión castigada con exiguo trabajo y escasa convocatoria de concursos públicos – pocos en cantidad y calidad – desde el año 2008. Quizás … una razón que explica, unido al resto de las cuestiones aquí recogidas, la poca participación que la convocatoria ha generado: 10 equipos en María Jiménez y sólo, sólo, 7 equipos en Cuevas Blancas.

El pliego que rige la convocatoria, siguiendo la norma común de todas las administraciones públicas, hace enorme hincapié en las obligaciones pare el equipo adjudicatario, pero poco en lo concerniente a sus derechos. Podría recoger para los posteriores contratos cláusulas de adhesión, y, si así fuera, no ajustadas a derecho.

No obstante, quisiera acabar de exponer otras cuestiones que no debemos de orillar.

Es intolerable, en lo que se refiere a María Jiménez, que se establezca un plazo para la redacción de los proyectos de cuatro meses, cuando sólo se determina un mes entre la entrega del proyecto básico y la presentación del proyecto de ejecución. Y me pregunto, ¿ qué trabajo con una mínima calidad puede acabar de concretarse en un sólo mes ? … La respuesta no debería, en ningún caso, contestarse con la alusión a la capacidad posible de un despacho o equipo determinado, o a la necesidad inexcusable de respuesta aliviando situaciones de penuria económica no deseadas.

La respuesta debería de darse desde la dignidad del ejercicio profesional en circunstancias de compatibilidad con la vida familiar e individual, propias de una sociedad avanzada.

Y aquí una nueva cuestión … ¿ cómo es que desde que se presentaran las propuestas, estamos ahora tratando este asunto unos cinco meses después ? … ¿ Es que para la administración las exigencias de tiempo sólo son aplicables a los demás ? … Si la eficiencia en el tratamiento de estos asuntos fuera otra, la administración podría, fácilmente, ofrecer plazos dignos, permitiendo presentar el proyecto de ejecución al menos tres meses con posterioridad a la entrega del proyecto básico.

Y en cuanto a los veinticinco puntos relativos a los ‘criterios evaluables mediante juicio de valor’ y asignados a la colaboración del Colegio, y por ende, a nuestra encomienda, me gustaría, finalmente, subrayar alguna consideración:

Diez puntos corresponden a la valoración de la distribución de las viviendas, cinco puntos a la disposición de los garajes, y diez puntos a las soluciones constructivas y acabados.

Cuando sabemos que tanto las soluciones constructivas como las terminaciones y las instalaciones requeridas para este tipo de viviendas responden, en general, a patrones ya dados, resulta que la aportación final del Colegio de Arquitectos en este asunto se limita casi exclusivamente a valorar los primeros quince puntos.

Quince puntos que en ningún momento vienen con la posibilidad de otras aproximaciones, esenciales en un planteamiento integral, y que al principio se subrayaban:

‘necesaria adecuación de este tipo de viviendas a las necesidades y perfiles de una sociedad en constante cambio, a las exigencias derivadas de una implantación urbana y territorial que continúa siendo una tarea pendiente e inexcusables en la necesaria cualificación de nuestros entornos insulares, a las demandas derivadas de la desmoralizadora crisis sanitaria, o a las condiciones constructivas que vienen emanando de una normativa cada vez más estricta y que, inevitablemente, nos conducen a costes adicionales que parecen no contemplarse en los módulos de construcción que nos continúan referenciando’.

Por todo ello, reiterándoles mi gratitud, y al no sentirme cómodo en la situación aludida, lamento decirles que rehuso a continuar con la tarea encomendada.

Deseando que la adjudicación pueda resolverse con la mayor celeridad posible, respetando el trabajo y la ilusión depositada por cada uno de los equipos presentados, y deseando las mejores condiciones de trabajo para todos …

Saludos cordiales … virgilio

Carta 2 – Reflexiones tras el último Premio Oraá de Arquitectura – noviembre de 2021

1
Es un paso atrás que el Premio de Arquitectura de Canarias lo sea ahora sólo de Tenerife, La Gomera y El Hierro. El Premio pierde prestigio e implica la pérdida de una oportunidad de encuentro y de intercambio de experiencias y de conocimiento antes extraordinario.

2
El Premio debería de respetar un ritmo en su convocatoria. Esta referencia es consustancial a su arraigo o crédito.

3
El Premio ha de recuperar la valoración del trabajo en equipo, como resultado de la labor ‘mano a mano’ de Clientes, Empresas Constructoras, y Profesionales. Si el objetivo esencial es la difusión del trabajo, lo contrario deviene en una iniciativa que queda en ‘casa’.

4
La incompatibilidad ( Jurado – participantes ) ha de revisarse y debe de considerar tanto la relación profesional permanente como la ocasional durante la convocatoria y celebración de los Premios. Lo contrario redunda en una pérdida de crédito.

5
Una cuestión práctica: La convocatoria debería procurar, a fin de la preparación de la documentación a presentar, no plantearse en plazos coincidentes con periodos vacacionales.

6
La idoneidad de establecer categorías previas, en un territorio reducido y limitado, es una cuestión largamente debatida en anteriores ediciones del Premio, al derivar, tal como ha sucedido en la presente edición, en apartados caracterizados, no ya solo por las pocas obras presentadas, sino, además, por el escaso número de obras seleccionadas. La categorización considerada como una ventaja de partida deviene finalmente en lecturas externas equívocas, con mayor decepción para gran parte de los esfuerzos realizados en tiempos tan adversos.

7
La selección de obras debería estar mínimamente reglada por las bases, evitando acotaciones tan estrictas como las habidas en esta última edición, con perjuicio notable para muchos, y especialmente, para los equipos más jóvenes, gran parte de cuyos trabajos no han sido elegidos. Si la causa de esta decisión estribara inicialmente en la voluntad de poder visitar el mayor número de obras, cosa que finalmente no ha ocurrido, la consideración final al trabajo, dedicación y esfuerzo de muchos equipos no ha sido la adecuada.

8
Los Premios han de concederse como resultado exclusivo de la lista de obras visitadas. Lo contrario redunda en una pérdida de crédito.

9
Lo sucedido con el Premio para las más y los más jóvenes, declarándose desierto, es difícil de comprender. Lo acontecido es contrario a la ilusión y al enorme esfuerzo y calidad del trabajo de una generación que intenta abrirse paso en unas condiciones absolutamente desfavorables, y se percibe como una desconsideración. El ejercicio de la arquitectura actual lo es siempre colectivo y transversal, y por la vía de la interpretación semántica de las bases no puede no reconocerse esta realidad, cuando además ha habido el tiempo suficiente previo a las deliberaciones del Jurado para precisar lo que tocara.

10
En relación a la Medalla de Oro y al Premio a la Trayectoria; sería aconsejable que se procediera a la redacción y aprobación de las bases que establezcan con claridad los criterios de concesión de ambos reconocimientos, abriendo, en todo caso, las vías para la posible propuesta de personas a distinguir.

11
Ha sido una oportunidad perdida el no exponer el total de las obras presentadas: una muestra amplia, reflejo reflexivo del trabajo y del esfuerzo plural acaecido en un periodo de enorme complejidad.

12
En aras a la consolidación del Premio deberían de aprobarse unas bases genéricas donde se definan los objetivos y los procedimientos a seguir para su consecución, preservándose en cada convocatoria.

Entre los objetivos debe de hacerse hincapié en la inexcusable y necesaria coparticipación e implicación de todos los agentes que intervienen en el proceso, incentivando la divulgación de reflexiones y conclusiones hacia la sociedad; objetivo inherente al propio acto de entrega de reconocimientos entendido como un espacio de encuentro abierto a todas las personas interesadas.

Entre los procedimientos debe de habilitarse el seguimiento abierto vía web de todos los trabajos que se presenten, con acceso puntual a las conclusiones de las diferentes fases de evaluación y de selección que realice el Jurado, incluyendo la lista de obras a visitar y las razones que la avalan, además del acta final justificativo de los reconocimientos que se alcancen.

La regulación de un Premio complementario, a otorgar libremente por el ’público’, potenciaría el sentido participativo y la apertura y difusión de la iniciativa hacia la sociedad.

Rafael Escobedo, MarÍa Nieves Febles, Federico García Barba, … virgilio

Carta 3 – Documentos de Arquitectos Canarios – diciembre de 2021

Una sugerencia ( que quizás ya tengan contemplada ) …

La colección ‘Documentos de Arquitectos Canarios’ tiene su origen aproximado en el año 1997, cuando solicité a Ramiro Cuende, Presidente de la entonces Demarcación del COAC, la aprobación de la idea con la edición del primer libro dedicado a Rubens Henríquez, ilustrado con fotografías de su obra a cargo de Jordi Bernadó.

Sería, no obstante, Javier Álvarez, Presidente posterior, quien, al poco de su toma de posesión, acogió la propuesta y posibilitó su aprobación con el inicio de los trabajos para la primera publicación, de la que me responsabilizaría, tanto de los trabajos para el diseño general de la colección, como para la edición del primer volumen, con la selección de contenidos y de obras (en estrecha colaboración con Rubens Henríquez), con la guía y asistencia a Jordi Bernadó durante la toma de las diferentes fotografías que acompañan el libro, invitando a Cristina G. Vázquez de Parga a redactar los textos como coeditora de la publicación, y coordinando los trabajos de maquetación e impresión a cargo de ACTAR en Barcelona.

A partir del año 2000, ya como Presidente de la Demarcación, y desde los inicios, acordamos en Junta la puesta en marcha de los trabajos para diferir en el tiempo la publicación del segundo de los libros dedicado a Luis Cabrera, con Eladio Arteaga como responsable, y del tercero dedicado a Javier Díaz-Llanos y Vicente Saavedra, con Juan Antonio González ( Chencho ) como editor. Además nos propusimos proseguir con la asignación a Jordi Bernadó del encargo para la realización de las fotografías necesarias para ambos volúmenes, siguiendo las pautas que tanto Eladio como Chencho plantearan, buscando, en todo caso, la uniformidad y lectura continua de la Colección.

Posteriormente, en una sesión de la Junta de Demarcación, allá por el año 2001, debatiendo sobre el nombre a darle a la Colección, Chencho propuso ‘Documentos de Arquitectos Canarios’; denominación que acogimos con entusiasmo y que de inmediato pasó a sellar el camino a seguir.

Y así, en momentos determinados, intentamos que la Colección continuara con Arquitectos como Manuel de la Peña, Salvador Fábregas y Pedro Massieu ( ambos Medalla de Oro del COAC ), Manuel Roca, Felix Juan Bordes y Agustín Juárez; pero la idea nunca fue apoyada, llevándonos a considerar que el cuarto libro debía de centrarse en el fantástico trabajo de José Ángel Domínguez y Francisco Artengo ( Edificio El Faro, Facultad de Derecho, Mercatenerife, Cajacanarias, … ); objetivo que siempre quedó ahí, y que parece refrendarse con el Premio Oraá a la Trayectoria Profesional que recibieron, con Argeo Semán como Decano y Presidente del Jurado, en el año 2018.

Y un año después, en el 2019, con Argeo Semán como Decano y Alejandro Beautell como Vocal de Cultura, el Colegio presentó el tercero de los libros dedicado a Javier Díaz-Llanos y Vicente Saavedra a cargo de Chencho. Maravillosa edición que ustedes consiguieron recuperar, impulsar y posibilitar después de circunstancias que lo habían atascado durante mucho tiempo ( más de tres lustros pasaron desde su aprobación hasta el día de su presentación ).

Y sería magnífico, de no haberlo aún puesto en marcha, teniendo en cuenta los antecedentes expuestos, que lograran aprobar y promover – esta es mi sugerencia – el cuarto libro dedicado a José Ángel Domínguez y Francisco Artengo, cuyo desarrollo y financiación pudiera plantearse de la manera más flexible posible, adecuando los pasos a los eventuales recursos que pudieran disponerse, o no, en cada momento ( propios o externos ). Aprobar su impulso sin prisas, asegurando la continuidad de la Colección, pero, esencialmente, continuando en el empeño de difundir, de una manera monográfica, trabajos excepcionales desarrollados con enorme pasión, profesionalidad, e indiscutible responsabilidad social y territorial.

pd.

( … y una última cuestión, planteada como una segunda sugerencia …

El Colegio dispone en propiedad los tres conjuntos de fotografías realizadas por Jordi Bernadó; fotografías impresas en papel, constituyendo un legado de alto valor documental y cultural ( también económico ), propicio para poder organizar una exposición extraordinaria sobre el inigualable trabajo de Luis Cabrera, Rubens Henríquez y Javier Díaz-Llanos y Vicente Saavedra, presentado desde la igualmente extraordinaria y personal mirada de Jordi Bernadó … ).

Agradeciendo la atención … virgilio